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Blog de experiencias de españoles en Alemania

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Objetivo Alemania

Mucho tiempo pasó desde la primera vez que pensé en irme Alemania, pero por fin vi cumplidos mis deseos y di el gran paso: abandoné mi trabajo en la Cámara de Comercio y me fui como estudiante de alemán. Objetivo Alemania cumplido. Me matriculé en un curso de alemán de un año organizado por la Universidad de Bonn y pasé con éxito el examen que me habilitaba para poder matricularme oficialmente como estudiante de Filología. Los primeros fines de semana, recuerdo eran un poco solitarios, empecé a echar de menos esos lunes que antes aborrecía. Objetivo Alemania tenía también inconvenientes. Mataba el tiempo, paseándome por las plazas en busca de abuelitos o abuelitas solitarios, casi siempre bien dispuestos a una charla. Sin duda los mejores para practicar el Deutsch. Pronto llegaron los amigos y las fiestas y abandoné a mis Opas y Omas. Desagradecida, ¿verdad?
Una vez y por fin matriculada en la Universidad de Bonn, comenzó mi periplo por tierras alemanas. Objetivo Alemania me convirtió literalmente en trashumante.
El primer traslado de matrícula fue Konstanz (Baden Württemberg), una ciudad preciosa con una universidad no muy grande, donde los estudiantes recibíamos todo el apoyo que necesitábamos, una magnífica biblioteca, un buen ambiente en general. Seis meses -Wintersemester- en un Rentnerparadies, mucho “tranquileo”, paz y precios caros, quizás demasiado cerca de Suiza.
Dispuesta a cambiar completamente de aires y siguiendo los mandatos del amor, para entonces ya tenía un novio alemán, me fui a Braunschweig, (Niedersachsen), del sur de Alemania al norte, ahora cerquita de Hannover, para quienes no tengan ni idea de donde puede estar esto. Esta ciudad es la “capital” de la Volkswagen. No es precisamente una ciudad bonita, tampoco la universidad era para mí espectacular, claro que hay que tener en cuenta que lo mío eran las letras y no las ingenierías que es, sin lugar a dudas, la especialidad a elegir en estas tierras. Sin embargo el tiempo allí pasado fue más que bueno, un piso compartido con seis personas más, donde compartimos muy buenos momentos. Prácticas en una escuela como profesora de ¡teatro! para chavales de 10 años. Una experiencia fantástica. Bien programada la universidad alemana: las prácticas se realizan en el segundo año para que nadie se llame a engaño y sepa claramente si no está equivocando su profesión.
Harta ya de no ver ni una montaña, de una universidad enfocada principalmente a las ingenierías y de la casi siempre constante amenaza de cierre de las filologías, mi chico y yo decidimos trasladarnos nuevamente, esta vez a Freiburg (Baden Württemberg), bastión de los Verdes, una ciudad maravillosa, donde se va a todas partes en bicicleta, un buen servicio de transporte público y la mejor universidad por la que pasé. Fue en esta ciudad precisamente donde ya nos casamos, tuvimos una hija y marcamos nuevas metas profesionales. Objetivo Alemania se convirtió en un plan de vida.
Amigos hice allí por donde pasé, ningún problema. Los alemanes son gente abierta y agradecidos por contar con personas de otros países entre sus amistades. Dispuestos a aprender nuevas costumbres, otras formas de ver y disfrutar de la vida. Los españoles estamos muy bien considerados por los alemanes, mi experiencia en este sentido fue absolutamente positiva. No sólo encontré pronto amigos, además recibí un gran apoyo por parte de los profesores y personal docente de las universidades en las que estuve. Solíamos comentar entre nuestras amistades españolas, lo bien que Alemania nos trataba. A veces un poco cuadriculados, un ejemplo claro de esto, podría ser ir a comprar el pan, tantas clases y con tan buena pinta: no se te ocurra cambiar de idea, no hables hasta que no tengas claro que pan vas a comprar. Realmente no me encontré con muchas panaderas simpáticas, a lo mejor es que me resultaba muy complicado elegir sólo uno entre tantos y tan buenos.
Os preguntaréis, seguramente que de qué vivía mientras terminaba la carrera. Muy sencillo, los estudiantes podíamos trabajar un determinado número de horas a la semana, lo que nos permitía pagar nuestros costes, la residencia de estudiantes o piso compartido y nuestra comida. También nos daba para unas cervecillas los fines de semana. Ciertamente el estado paga una buena parte de los costes: la comida en la universidad está subvencionada, lo mismo que la matrícula universitaria. Además durante las vacaciones, no había límite para trabajar, ahí era precisamente donde conseguíamos la mejora económica  y lo que nos permitía sobrevivir cada trimestre. Ciertamente no era difícil conseguir un empleo, yo pasé por editoriales, correos, empresas subcontratadas por la Volkswagen. Mis mejores empleos los obtuve, sin embargo, en la universidad, en la administración o bien impartiendo las tutorías de literatura y gramática española.
Volví a España hace un par de años, pero estoy considerando seriamente volver a tierras teutonas, donde quizás el calor del sol no se nota tanto, pero se puede desarrollar mejor la vida profesional. Objetivo Alemania vuelve a tomar forma, una ventaja ya no tengo que ir a la Universidad, conseguí la titulación de Filología Alemana y pasé todos los exámenes para hacer la homologación en España. El Ministerio de Educación entendía que la carrera de Filología Alemana en España era por supuesto mejor y más completa. Afortunadamente las cosas ya han cambiado.
Amenazo con continuar este blog y contaros algo más sobre Alemania, la familia, una invitación de una familia alemana, una WG (piso compartido), el Arbeitsamt, etc. iré actualizando mis datos, si hay algo que os pueda interesar, no dudéis en pedírmelo haré todo lo que esté en mi mano para satisfacer vuestras cuestiones.

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Paseo por Alemania

En mi anterior artículo os resumí mis primeros pasos por Alemania, una vez decidido que me trasladaba de país. Pero antes y mientras trabajaba en España, aprovechaba mis vacaciones para hacer un curso de alemán en tierras teutonas y pasarlo lo mejor posible.
El paseo por Alemania comenzó en Bayern (Baviera), concretamente en München, Munich para nosotros. Vivía en una residencia de estudiantes, alemanes, iraníes, franceses y yo como representante española, no conocí a nadie más de la tierra. En las clases había también otras nacionalidades, Recuerdo especialmente a una familia vietnamita, exiliados. El matrimonio y la abuela estaban obligados a asistir a las clases, pues ya se les había concedido el asilo político. La abuela, pobrecita, era del tiempo de los dinosaurios y se pasaba la clase dormida acostada sobre dos mesas. Debía de ser una tortura para ella.
Un día me encontré, de camino a la escuela, con mi profesor de alemán. Me preguntó si quería tomar un café y le dije que estupendo. De pronto y aduciendo que tenía prisa (mis conocimientos de alemán eran más que penosos y poca conversación podía darle) pide la cuenta, paga y se va. Yo no había terminada mi café y tenía tiempo, así que intrigada por lo barato que habían salido los cafés, leí la carta y comprendí ¡el tipo había pagado sólo su café! Y yo que creía que me había invitado. En fin, primer aprendizaje en mi paseo por Alemania: cada uno se paga lo suyo. Nada de repartir a escote, ni poner dinero para una ronda. Los gorrones definitivamente lo tienen difícil en Alemania.
Munich me parece, después he vuelto en varias ocasiones, una ciudad preciosa, grande, espaciosa , gente amable y buena cerveza. Curiosamente y a lo largo de mi vida en Alemania, nunca estuve en la Oktoberfest. Marienplatz es como el centro neurálgico de Munich, edificio dominante el Ayuntamiento, de estilo neogótico. Aquí precisamente se instala el mercado de Navidad. No te lo pierdas si estás por ahí en esas fechas. Los profes nos llevaron a tomar cerveza y comer codillo al Augustiner, ¡fantástico!, muy buen ambiente y gente encantadora. En verano y al aire libre, lo mejor el Englischer Garten. Con la escuela visitamos varios lugares cercanos a Munich, como Dachau, el primer campo de concentración construido en Alemania, la verdad me alegré cuando se acabó la visita, se te encoge el alma. Nunca más volví, ni volveré a visitar un lugar semejante. Más alegre fue la visita al castillo de Neuschwanstein, lo mandó construir el Rey Loco Ludwig II, buenas vistas, modelo utilizado por Walt Disney, lo que no me extraña, porque cuando estás allí, pareces encontrarte en un cuento de hadas.
Bueno me estoy alargando y este blog no pretende convertirse en una guía turística, así que seguiré mi paseo por Alemania. La siguiente etapa fue Frankfurt am Main, en el estado federado de Hesse, una escuela alternativa y mi primera WG (Wohngemeinschaft- Piso compartido). Realmente, durante esta estancia no aprendí mucho alemán, la clase la dominaban con diferencia los españoles, así que nuestros debates empezaban en alemán y a los pocos segundos se discutía en español, lástima por el profe y dos alumnas de los países nórdicos que no podían seguirnos. ¡Me lo pasé en grande!. Hicimos piña los españoles, durante la semana, además de las clases, nos íbamos de ruta gastronómica y cervecitas por Frankfurt. La ciudad no me gustó mucho, pero había buen ambiente. Los fines de semana nos escapábamos y “turisteábamos” la Weinstrasse (Ruta del vino), no os voy a relatar lo que hacíamos, porque parece evidente, la Romantikstrasse, Maguncia…. Etc.. Puro turismo, disfrutando de la buena cocina, del buen vino. Le tomé gustó al vino blanco alemán, muy afrutado y muy muy rico. Hacíamos una pila de kilómetros y lo pasábamos genial.
Continuando el paseo por Alemania, nos vamos al estado federal de Schleschwig-Holstein, concretamente a Helgoland, una isla cedida por Gran Bretaña a Alemania en 1890. La normativa municipal prohíbe los coches en la isla. Es muy pequeñita y se puede recorrer sin hacer ningún esfuerzo en un día, con paradas para comer, un ratito de playa, etc, o sea muy tranquilo todo. Esta fue prácticamente una despedida de Alemania, mis últimas vacaciones allí. Las familias pueden utilizar unos carritos de madera para transportar a los niños, disponibles en muchos lugares y gratuitos. Un paraíso para pensar, descansar, leer, desde luego el lugar equivocado para juergas. Familias y personas mayores son sus huéspedes habituales. Horarios rigurosos para comer, si quieres comer medianamente y si te gusta dormir hasta tarde, vete olvidándote del desayuno. Realmente no entendí muy bien eso de que el comedor del hotel cerrara a las nueve de la mañana, a las dos de la tarde y a las ocho de la noche, pero bueno ¡que estamos de vacaciones!.